
El agresor puede iniciar violentando psicológicamente a su pareja pero, a medida la relación avanza, la violencia suele agravarse.
En muchas ocasiones, las víctimas pasan por alto las expresiones de violencia, al pensar, erróneamente, que dichas conductas disminuirán conforme avance la relación. Sin embargo, la realidad es que después de haber sido víctima de violencia psicológica lo más probable es que el siguiente nivel sea la violencia física.
La violencia en las relaciones puede manifestarse de tres formas distintas:
1) Violencia psicológica: este tipo de violencia tiene la intención de herir a la persona con humillaciones, amenazas, ofensas, etc. expresiones como: estas fea, estás gorda, estás vieja, eres estúpida, nada haces bien, etc.
2) Violencia física: este tipo de violencia puede ser desde un empujón hasta una buena golpiza.
3) Violencia sexual: quien ejerce este tipo de violencia puede obligar a su pareja a tener relaciones sexuales ya sea que se valga del chantaje o por medio de amenazas, puede incluso incurrir en violaciones.
La violencia física es fácil de identificar por obvias razones; la violencia emocional, sin embargo, puede estar disfrazada por las múltiples muestras de amor. Por su parte, la violencia sexual puede ser una combinación de las anteriores.
Durante el noviazgo, una forma muy sutil, y casi imperceptible, de violencia contra la pareja, es la de tipo emocional: escenas de celos, revisar el celular, sugerir que la ropa es demasiado “provocativa” y pedir o, incluso, exigir a la pareja que se cambie de ropa, son algunas señales que pueden predecir muestras más graves de violencia en un futuro.
Es importante que la víctima o las personas cercanas a ella, aprendan a identificar cualquiera de estas tres variantes de violencia en una relación. Una vez identificadas, es conveniente señalarlas y hacer lo posible por detener las agresiones y evitar daños irreversibles.
Si has detectado ya indicios de violencia en tu relación, es necesario que hagas una valoración de lo que quieres y lo que buscas en una pareja. Esto te ayudará a tomar la mejor decisión.
Si tu decisión es continuar con la relación, como hasta ahora, no debes esperar un cambio respecto a la forma de ser y de comportarse de tu pareja. Si continuas, es necesario que aceptes la relación tal y como ha sido hasta ahora, aunque las promesas digan lo contrario.
Al continuar con una relación conflictiva, es necesario estar muy alerta, ya que es probable es que, de un momento a otro, surja un jaloneo, un empujón o hasta una cachetada. Entonces, “cuidado” porque ya habrás pasado a un siguiente nivel de violencia.
Si te encuentras en una situación de ese tipo, lo más conveniente es terminar con esa relación. Aunque tu pareja pida nuevas oportunidades y haga promesas de mejora, la decisión es tuya y la responsabilidad por lo que suceda en el futuro, también.
Piénsalo muy bien.