
En varios casos nos han preguntado, ¿cómo funciona la atracción entre las personas? ¿qué determina la química entre ellas? ¿por qué algunos se repelen y otros se atraen con tanta facilidad? Hoy, te damos la respuesta.
El mundo de las relaciones humanas es muy parecido al mundo de las partículas químicas. Siempre están en movimiento, forman asociaciones, se unen, se separan, intercambian características, y viven una dinámica de transformación constante. Sigue leyendo y comprenderás…
Lo que nos atrae son las diferencias… Buscamos en otros lo que nos complementa.
En inicio, y aunque algunos no lo admitan, lo que nos atrae de otras personas son las diferencias fundamentales que hay entre nosotros. Inconscientemente, buscamos en otras personas lo que nos complementa, lo que necesita nuestra personalidad para estar equilibrada.
Mira a tu alrededor, observa cómo el alegre y el melancólico, el introvertido y el extrovertido, el autoritario y el sumiso, el agresivo y el pacífico, cada uno busca en el otro, lo que le falta. Es por eso que vemos parejas o amigos, en inicio, tan distintos.
El alegre y el melancólico, el introvertido y el extrovertido, el autoritario y el sumiso; cada uno busca en el otro lo que necesita para equilibrarse…
A partir de eso, se ha observado que, conforme dos personas interactúan, van intercambiando propiedades, tal y como si fueran partículas químicas. Cada una va tomando algo de la personalidad de la otra.
Esa es la razón por la que muchas parejas, en inicio distintas, van intercambiando sus roles y aspectos de su personalidad hasta llegar a los extremos contrarios en los que iniciaron. Puede pasar que el dominante sea ahora el dominado, el desordenado sea ahora el ordenado. Es así como los extremos cambian, y hasta entran en conflicto si no aprenden a equilibrarse.
Es así como este fenómeno de atracción y repulsión inconsciente en las personas es lo que determina el amor, el desamor, la amistad o la enemistad entre ellas. ¿Interesante no?