Hay pérdidas que nunca se superan, pero siempre hay manera de vivir feliz y pleno, después de un duelo. Para eso, existe la Tanatología, una disciplina que te ayudará a darle sentido a la muerte y a superarla, mientras disfrutas la vida.
Hay pérdidas que no se superan, pero siempre habrá forma de vivir feliz y pleno, a pesar de ellas.
Sabemos que morir es uno de los grandes miedos de la sociedad occidental, tememos nuestra muerte y la de nuestros seres queridos, pero el verdadero temor no está en la muerte en sí, sino en lo desconocido, en el dolor y en la incapacidad para afrontar una pérdida sin la persona fallecida.
En respuesta a esto, surge la tanatología, una disciplina que nos ayuda a encontrarle sentido a la muerte y a prepararnos para ella, un hecho inevitable que tarde o temprano llegará.
Cuando muere un ser querido, las personas experimentan un aturdimiento. Al ser tanto el impacto, las emociones se precipitan y se pierde el sentido lo que está sucediendo alrededor e, incluso, con las emociones propias.
Después del aturdimiento, puede venir una etapa de negación, donde las personas tienden a protegerse del impacto psicológico que le ocasiona la pérdida, para después irse ajustando poco a poco a la nueva realidad.
Posterior a esto, viene un proceso de asimilación, donde se establece una nueva etapa en la vida de la persona, consciente de la ausencia del ser querido.
Cuando experimentamos una pérdida, es muy lógico y natural que nos afecte emocionalmente, ya que nunca volveremos a ver a esa persona (al menos de manera física), lo cual puede agobiarnos y dejarnos una sensación de soledad y abandono. Es por eso que es tan importante vivir adecuadamente el proceso de duelo, para una correcta asimilación de la muerte.
El duelo es una reacción natural que tenemos todas las personas para adaptarnos a una pérdida, es un proceso psicológico que va cambiando y cada persona lo vive de una manera distinta, dependiendo de varios aspectos como el apego que tenía a la persona fallecida, la forma en que sucedió la muerte, su personalidad, etcétera.
El objetivo de un duelo es sobreponernos a la pérdida y recuperar nuestra estabilidad emocional.
La Tanatología es la disciplina encargada de ayudar a las personas a encontrarle sentido a la muerte, ya sea propia o de un ser querido. A sabiendas de que es un proceso ineludible en todas las personas, esta ciencia se encarga de encontrar otras maneras de hacernos ver que la muerte es un proceso normal, que debemos asumir con naturalidad y prepararnos adecuadamente para cuando llegue.
Los tanatólogos parten de la idea fundamental de que todo proceso natural tiene un comienzo, un declive y nuevo comienzo, y es bajo esta lógica como sus técnicas y metodologías nos ayudan a cambiar nuestras creencias respecto a la muerte, preparándonos para ella y eliminando el miedo a vivir.
La Tanatología ha trabajado, principalmente con enfermos terminales, ayudándoles a afrontar la muerte con naturalidad y confianza, haciendo de su estancia en esta vida, un proceso ameno y disfrutable. Sin embargo, esta disciplina también es de gran ayuda para las personas que buscan superar la muerte de ser querido.
Estamos seguros de que sí. Mucho se dice que hay pérdidas que nunca se superan, pero a pesar de ellas siempre seremos capaces de aprender a vivir con felicidad y plenitud.
Por todo esto, el tanatólogo tiene la capacidad de ayudarte en cualquier etapa de un proceso de muerte o durante un duelo (por mucho que haya durado), logrando vivir de una manera plena, positiva.
Recuerda que la vida no comienza cuando nacemos ni termina cuando morimos, hay mucho más que eso. Ahí radica la importante de ver la muerte como un tránsito y como un descanso entre etapas.
Primero, debemos saber que un tanatólogo es un profesional de la salud mental, preparado con técnicas y conocimientos para ayudarte a vivir un proceso de duelo, preparándote para tu propia muerte o para la de una persona cercana a ti.
Una de las grandes responsabilidades de un tanatólogo es que a todas las personas que están prontas a morir o que acaban de sufrir una pérdida, se les trate con respeto, cariño, compasión y, sobretodo, que se conserve su dignidad hasta el último momento de su vida.
El tanatólogo se caracteriza por tener la empatía suficiente con sus pacientes como para comprenderlos y saber lo que sintiendo al momento de su pérdida y lo que están sintiendo en cada etapa de su proceso de duelo. Es así como el tanatólogo está listo para actuar y sacarte de la tristeza en la que te encuentras, cuando la muerte y la pérdida son el motivo principal.
Esperamos que este artículo te haya ayudado a conocer un poco más sobre el proceso de asimilación de la muerte y la tanatología. Si estás viviendo un proceso de duelo, acércate con un Tanatólogo, te ayudará mucho y encontrarás nuevas capacidades dentro de ti que tal vez ni siquiera conocías.
Todo tiene un final… y un nuevo comienzo.
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