
Resiliencia proviene del latín que significa resilio, resilire que significa saltar hacia atrás, rebotar. Término originado en la metalurgia que se refiere a la capacidad de los metales de resistir un impacto y recuperar su estructura.
El Instituto Español de Resiliencia, lo define como la capacidad de afrontar la adversidad saliendo fortalecido y alcanzando un estado de excelencia profesional y personal. Desde la Neurociencia se considera que las personas más resilientes tienen mayor equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés, soportando mejor la presión. Esto les permite una sensación de control frente a los acontecimientos y mayor capacidad para afrontar retos.
En 2011, E. Machacon, mencionó que la resiliencia, es el convencimiento que tiene un individuo o equipo en superar los obstáculos de manera exitosa sin pensar en la derrota a pesar que los resultados estén en contra, al final surge un comportamiento ejemplar a destacar en situaciones de incertidumbre con resultados altamente positivos.
Podría decirse que la resiliencia es la entereza más allá de la resistencia. Es la capacidad de
sobreponerse a un estímulo adverso.
Los resultados positivos se prueban en situaciones de fuerte impacto o de estímulos adversos tales como; abuso físico, sexual, verbal o psicológico, por abandono, por la necesidad de ser reconocido y amado, ante la pérdida sorpresiva de un ser querido o como recientemente se ha visto con la manifestación de fenómenos naturales que derivan en catástrofes.
Todos los seres humanos en mayor o menor grado afrontamos dificultades, mismas que nos
generan, angustia, ansiedad, miedo o temor, ya que en el momento que se presentan no sabemos qué hacer y cómo reaccionar, por lo que al encontrarnos en situaciones adversas o de dolor, podemos tomar en cuenta estas cuatro opciones que de momento darán lucidez a esos tiempos de angustia:
*Enfrentar los problemas, recordando que todo tiene solución, nada dura para siempre, todo está en constante cambio, hay que aprender a vivir con ello.
*Manejar la presión, no cargar nuestro cuerpo y mente con situaciones que estén fuera de
nuestro alcance a resolver.
*Controlar emociones negativas, si bien es cierto que hay que responsabilizarnos de nuestros
actos, recordar que somos seres humanos con cualidades y defectos al igual que los demás, por lo que no vale la pena acumular dichas emociones negativas.
*Vivir con sentido del humor y no dejarse vencer, lo que pasa es circunstancial, a pesar de estar en una situación adversa, una sonrisa nos recordará que hay motivos por los cuales seguir existiendo.
“Porque sin todo lo vivido, el presente no tendría sentido”
Joaquín Reyes