
A veces nos pasa que conocemos a alguien y resulta que tiene los mismos gustos que nosotros en distintas cosas: música, comida, cine, libros, deportes, etc. Y pensamos “vaya somos muy compatibles” y si esa persona nos atrae hasta podemos llegar a pensar que hemos encontrado a nuestro amor de la vida.
Pero la realidad es que esas cosas que tenemos en común solo son afinidades, y hay una gran diferencia entre afinidad y compatibilidad de pareja.
El Dr. Wagner Eduarte director de Grupo CIP los explica de una manera muy clara:
La compatibilidad es la capacidad que un elemento tiene de funcionar con otro, así de sencillo.
Sin embargo por curioso que parezca la compatibilidad se mide a partir de las diferencias y no en las semejanzas.
La afinidad habla de lo que tenemos en común pero la compatibilidad pone a prueba nuestras diferencias.
Si tienes tiempo ahora te invito te hagas las siguientes preguntas clave para reflexionar:
1. ¿Qué tipo de relación deseo en mi vida? Antes que otra cosa yo debo tener claro lo que deseo para mí.
2. ¿Qué características debe tener esta relación para que se diferencie de otras relaciones que he tenido en mi vida? Es decir, que no funcionó antes, que puedo hacer para no repetir patrones.
3. ¿Que no estoy dispuesto a experimentar en mi relación de pareja? A veces saber lo que queremos nos cuesta más trabajo que definir lo que no queremos, si es el caso empecemos por aquí, hay cosas para cada uno de nosotros que no son negociables.
Partiendo de esas preguntas analicemos cual es la capacidad de compatibilidad que tenemos con nuestra pareja.
Si aún no nos queda claro analicemos ahora cuales pueden ser los tres niveles de amenazadores de la compatibilidad:
1. Nivel leve: cosas que no me gustan de mi pareja pero que puedo sobrellevar.
2. Nivel creciente. Las conductas de mi pareja que cada vez que se dispara generan tensión, discusiones problemas.
3. Nivel crítico: esas conductas de mi pareja con las que de verdad no puedo convivir.
Para finalizar analicemos los tres tipos de compatibilidad que sería ideal tener con nuestra pareja:
1. Compatibilidad filosófica: ¿cómo visualizo la vida? ¿Cómo me visualizo a futuro? ¿Cuáles son mis conceptos de hombre y mujer, es decir mi visión de género? ¿Cuál es mi filosofía para administrar el dinero? ¿Cómo yo concibo la sexualidad? etc.
2. Compatibilidad afectiva: ¿cuáles son mis estilos afectivos? ¿Cómo me gusta expresar y que me expresen el amor?
3. Compatibilidad intencional: ¿cuál es mi proyecto de vida?
Vaya sí que hay material para reflexionar, podría parecer una tarea complicada, pero más complicado es vivir insatisfechos con nuestra relación.
Ahora bien la idea con todo esto es buscar soluciones, y para esto les dejo los 5 puntos que podemos empezar a trabajar:
1. Evalué su nivel de compatibilidad: La compatibilidad también se puede desarrollar si hay disposición y no atenta contra los valores y esencia de cada uno.
2. Señalen sus molestias “sin atacar”: Evalúen las molestias de cada uno en niveles del uno al diez, de la manera más asertiva posible.
3. Escriban lo que les in-satisface.
4. Desarrollen un plan de acción: De nada me sirve todo lo anterior si no actúo (este punto solo funciona si es de común acuerdo, la relación es de dos).
5. Repetir y reforzar las áreas de satisfacción: Algo bueno debe haber en la relación, piensen en esto también.