
Seguramente nos preguntaremos ¿por qué se habla tanto de la violencia contra la mujer? ¿Por qué el foco está puesto en la violencia contra las mujeres y las niñas? Si el tema de violencia es algo que afecta e involucra a ambos sexos, a todas las edades y estratos sociales. Sí; sin embargo hemos de darnos cuenta de que ésta es la única que existe en tiempos de paz y en tiempos de conflicto, en tiempos de guerra y sin ella, en la presencia de crimen organizado y sin crimen organizado, en el espacio público y el espacio privado… que es el hogar, donde se supone que las mujeres deberían de sentirse más seguras y cómodas, y no lo es.
También hemos de poner el ojo en el hecho de que mientras esto continúe ocurriendo será una merma en el progreso de las sociedades en todos los sentidos, principalmente para la justicia y la paz, para un crecimiento como cultura y sociedad, pues los costos que esto implica son infinitamente grandes y van más allá de lo económico, pues si bien es cierto que la industria, políticas públicas y “n” cantidad de iniciativas de proyectos de desarrollo son sustanciales y necesarios, ésta es el área que menos deberíamos descuidar, y sin embargo pareciera que es un tema que aunque poco a poco ha ido ganando más relevancia, no pertenece aún (con la magnitud necesaria) a las prioridades en las que la sociedad y los gobiernos logran poner atención.
Pareciera que aunque últimamente se han hecho bastantes organizaciones, fundaciones y existen instituciones públicas y privadas que trabajan en contra de la violencia contra la mujer, por otro lado la Organización de las Naciones Unidas con sus múltiples acciones a favor de la erradicación o al menos el decremento de las cifras y estadísticas donde posicionan a nuestro país como uno de los primeros en feminicidios y nuestro estado (Estado de México) con alerta de género, las tasas siguen sin bajar y los números rojos parecen cada vez más alarmantes, y me pregunto ¿Cuál podrá ser la razón?, y creo que esto nos daría para una lista interminable de razones, partiendo de lo cultural, social, familiar, individual, pero creo que uno de los puntos más importantes o sobresalientes podría ser que el tema se ha centrado únicamente (me atrevería a decirlo así), en mujeres; y si bien, este tema tiene que trabajarse desde el autoconcepto de nosotras mismas como persona así como la relación entre nosotras mismas como género, basándome en la frase de Jackson Katz, activista estadounidense que ha presentado bastos trabajos en materia de género, nos dice que “calificar a la violencia de género como asunto de mujeres es parte del problema. Da a una enorme cantidad de hombres la excusa perfecta para no prestar atención”, me parece que esta única idea enfoca la situación en la víctima llegando incluso a revictimizarla y no atiende al agresor, permite que el agresor se pierda del foco de atención y da cabida a que no se involucre para atacar una de las raíces del problema.
Y.. ¿Ustedes creen que este tema es únicamente cosa de mujeres? No, por esto, es necesario hacer un llamado a toda la sociedad e implementar acciones las veces y el tiempo que sea necesario incluyendo a hombres y mujeres, a niños y niñas educando en la participación mutua de labores domésticas, de reivindicación de roles como el femenino y el masculino, de la integración del hombre a una paternidad compartida desmitificando el estereotipo de que cuando el padre colabora en casa o en la crianza con los hijos “ayuda”, lo cual pareciera que lo exime en cierta manera de la responsabilidad hacia sus hijos, de cuidar la educación que le doy a mis hijos y lo que transmito con los roles en casa, esto me hace recordar a un video nombrado “Machismo empieza con M de mamá”… es necesario hacer una detenida reflexión en los micromachismos que nos acompañan día a día.
Los micromachismos donde contribuimos a mantener el papel del hombre como el proveedor y el dador de bienes materiales, alimento y techo, donde exigimos que el pague todo, “me abra la puerta, tenga la iniciativa absolutamente en todo”, dejando a la mujer en una posición pasiva, porque es “más lindo, tierno” o lo esperado por la sociedad, porque acá se pone en juego también a quien tiene el poder y esta es la primer herramienta para ejercer violencia sobre otra persona, la desproporción de igualdades en cuanto fuerza, tamaño, edad, posición económica por ejemplo.
Es por esto que una de las principales estrategias que contribuyen a romper el ciclo de la violencia contra la mujer es a través del empoderamiento femenino, y… ¿Qué es el empoderamiento femenino?… Es brindarnos una perspectiva diferente, para que se busque la igualdad pero sobre todo equidad, donde ambos sexos tengan el acceso a los mismos derechos y las mismas oportunidades, donde la mujer sienta que puede trabajar, que puede valerse por ella misma, que puede sacar adelante a sus hijos y mantener una vivienda, no sobre el hombre sino con el hombre, pero tampoco debajo ni detrás de él, que puede tener una autonomía económica, porque tristemente en nuestro país la pobreza tiene nombre de mujer.
Finalmente, quisiera agregar una idea que me gustaría que terminara pronto “La principal fuente de violencia contra la mujer, es la propia mujer” es una frase que desde pequeña escuche y me ha hecho mucho sentido, es necesario hablar acerca de la sororidad entre las mujeres que es un tema que hay que rescatar o trabajar muchísimo para crear mancuernas que respalden como un equipo que genere mayor sinérgia donde entre mujeres encontremos verdaderamente un apoyo más allá de un sabotaje, un freno o un obstáculo, cuidando no caer en la revictimización de la víctima; es decir, culpándola porque ha vivido esta agresión, a la mujer que caminaba sola por la calle, a la que usaba mini falda, a la que no se salía de la casa de su agresor, a la que estaba borracha, pues “algo habrá hecho”, hemos de tener siempre presente que la violencia no es natural, no es sana y que nosotros revictimicemos a la víctima más allá de atender al problema central, pues si entre nosotras mismas existe una red que solvente y sustente nuestros pasos como mujeres que trabajan fuera de casa, que se han empoderado a través de una profesión o realizando lo que les gusta y les hace sentirse realizadas, porque nos han enseñado a través de los años que nacimos para el hecho de ser madres únicamente sin permitirnos reconocer que somos mucho más que eso, somos mujeres que pensamos y tenemos decisión propia, gustos propios.
Seguramente les toco a nuestras bisabuelas, abuelas, madres, nosotras mismas, pero creo que con esperanza y con trabajo puede no tocarles a nuestras hijas y nietas, depende de nosotras romper esos ciclos y eslabones, porque como bien se dice contradiciendo un poco al psicoanálisis, “infancia no es destino” .
A mí me parece que el día que cambiemos de conversación, es decir; que ya no sea necesario hablar de estos temas y hacer este tipo de jornadas, entonces, solo entonces, la cosa habrá cambiado….
Porque como bien dice Madeleine Albright…“habrá un lugar en el infierno para aquellas mujeres que no ayuden a otras mujeres”.
Si tú eres una mujer u hombre que vive violencia o sabe de alguien que si, recuerda que puedes acercarte a mí o a alguien más dentro de nuestra red de ciberpsicólogos. Nos gustaría poder ayudarte.